El traslado de trabajadores a un centro de trabajo distinto de la misma empresa que exija cambios de residencia requerirá la existencia de razones económicas, técnicas, organizativas o de producción que lo justifiquen. Para hablar de traslado, este cambio debe conllevar el cambio de domicilio del trabajador.
El traslado de trabajadores a un centro de trabajo distinto de la misma empresa que exija cambios de residencia requerirá la existencia de razones económicas, técnicas, organizativas o de producción que lo justifiquen. Para hablar de traslado, este cambio debe conllevar el cambio de domicilio del trabajador.
La decisión de traslado deberá ser notificada por el empresario al trabajador con una antelación mínima de treinta días a la fecha de su efectividad. Notificada la decisión de traslado, el trabajador tendrá derecho a optar entre el traslado, percibiendo una compensación por gastos, o la extinción de su contrato, percibiendo una indemnización de 20 días de salario por año de servicio. La compensación a que se refiere el primer supuesto comprenderá tanto los gastos propios como los de los familiares a su cargo, en los términos que acuerden las partes.
Sin perjuicio de la ejecutividad del traslado en el plazo de incorporación citado, el trabajador que no habiendo optado por la extinción de su contrato se muestre disconforme con la decisión empresarial podrá impugnarla ante el juzgado de lo social. La sentencia declarará el traslado justificado o injustificado y, en este último caso, reconocerá el derecho del trabajador a ser reincorporado al centro de trabajo de origen.
Los cambios de centro de trabajo que no supongan cambio de residencia del trabajador porque se hacen dentro del mismo municipio o en uno próximo se considera que se sitúan dentro del poder de organización del empresario y que lo puede decidir cuando lo considere conveniente. En este caso, el trabajador podrá reclamar una compensación económica a la empresa cuando el desplazamiento al nuevo centro de trabajo le suponga mayores gastos.
