Últimamente ha habido un incremento de los requerimientos de hacienda a particulares por declaraciones de la renta, (Modelo 100) de trabajadores que no están obligados a presentarla. Los ejemplos típicos son padres o madres que están dados de alta al régimen general, es decir que tienen un empleo fijo y la empresa les practica la retención directamente. Estos casos se caracterizan porque los contribuyentes no superan los 22.000 euros de salario bruto anual, con lo cual, no necesitan hacer la declaración de la renta.
¿Por qué entonces se la Agencia Tributaria manda requerimientos a este tipo de particulares, cuando no están obligados a hacer la declaración de la renta?
Pues bien, cuando alguien empieza a trabajar para una empresa, el departamento de recursos humanos pregunta acerca de la situación personal del empleado a través del modelo 145. Este modelo pregunta, por ejemplo, si se tienen hijos menores de 25 años a cargo, o bien personas con discapacidad. Esto implica ciertas bonificaciones en el impuesto de la renta de las personas físicas IRPF y por lo tanto que el trabajador perciba un salario neto superior a final de mes porque la retención del IRPF es menor. La pregunta es, ¿Qué pasa cuando los hijos ya son mayores de 25 años? En estos casos la empresa no debería aplicar ninguna bonificación, sin embargo, en muchos casos la actualización de los tipos impositivos no se realiza en tiempo y forma.
La Agencia Tributaria ha identificado dicha irregularidad y está enviando requerimientos a padres y madres que no están obligados a hacer la declaración de la renta solicitando información acerca de las bonificaciones del IRPF que tienen.
Es importante destacar que la responsabilidad de actualizar los tipos impositivos es del trabajador. Lo ideal es que las empresas faciliten una vez al año el modelo 145 a sus empleados para que actualicen su situación personal. Sin embargo, las empresas no están obligadas a facilitar dicho modelo, ya que es responsabilidad del empleado informar a la empresa de los cambios correspondientes.
Las sanciones que se desprenden de no practicar la retención correspondiente es del 35% del total de la cuota no ingresada y por supuesto dicha sanción va a cargo del trabajador. E aquí la importancia de que empresas y trabajadores estén concienciadas acerca de dicha casuística y informen a la AEAT de los cambios correspondientes.
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